dimarts, 29 d’abril del 2008

La expresividad de un jarrón Ming

El domingo, después de mucho tiempo, decidí ir al cine. Recomendado por una amiga saqué unas entradas para la última película de Isabel Coixet. No he ido mucho al cine últimamente, pero cada vez que voy han subido los precios. Catorce euros por dos butacas más bien descentradas. Seis treinta en unas chucherías y un refresco. Todo suma la friolera de veinte con treinta. Me acomodo pensando en lo precario de mi economía. Pero he venido a desconectar. Se apagan las luces. Cuatro trailers y comienza el espectáculo… o termina.

Elegy es un drama. Y no lo digo por lo que respecta al género, sino al cine en general. El argumento, pendular, gira en torno a la figura de Ben Kingsley, que se debate entre dos mujeres, dos vidas, y dos conceptos: la vejez y la soledad (la infidelidad será causa o consecuencia de las anteriores). Su personaje es lo mejor de la película. Está muy trabajado. Kingsley lo llena de vida y lo hace sumamente creíble. El espectador puede sentir su vejez, su soledad, o su infidelidad. Hacerla suya. El segundo aspecto destacable, positivamente hablando, es la relación que mantiene con el personaje en el que se enfunda Dennis Hopper.

Gracias a ellos la película se aguanta con pinzas. El argumento da “giros esperados”. Los personajes no tienen sentido. Aparecen y desaparecen haciendo de la trama un sindios de traumas, y corazones rotos. No es que no tenga sentido. Es que no atrapa. Y el tempo de la película no ayuda.

Los largos planos en silencio, las conversaciones tediosas, la pausada consecución de los hechos relevantes permiten al espectador relajar los parpados y disfrutar del tercer y último aspecto aprovechable de tan terrible obra: la banda sonora. Esta sí, muy lograda.

Por lo demás, es una película lenta, aburrida. No tiene ritmo. Algunos cinéfilos de nueva escuela se referirán a este aspecto con frases estilo: “para disfrutar del juego de miradas”; o referirán a su “intimismo”. Yo, de pueblo llano, lo único de intimista que veo en Elegy es que parece hecha por Isabel Coixet y para sí misma. Supongo que ella la disfrutará. Y en cuanto al juego de miradas… mejor no sigo.

Coixet tiene seguidores y detractores. Probablemente sus anteriores películas fueran buenas. Esta es extremadamente desaconsejable.

Ah! Una anécdota. Al terminar la película, mientras iba reflexionando sobre la diferencia entre consumir, gastar y tirar el dinero (veinte con treinta), mi acompañante me dijo que en el film aparecía Penélope Cruz. Ante el asombro de mi gesto, mi amiga espetó “si hubieras mirado veinte centímetros más arriba, le habrías visto la cara, habrías sabido quién era, y hasta podrías haber descubierto el juego de miradas”. Si les digo la verdad, durante toda la película me pareció que Kingsley se enamoraba de un jarrón Ming, bello, frío y sumamente inexpresivo.

dilluns, 21 d’abril del 2008

Semáforo

Verde

Jose Manuel Lara

El Gran Teatro del Liceo acogió ayer la presentación del nuevo libro de Carlos Ruiz Zafón. ‘El juego del Ángel’ es la apuesta del año de la prestigiosa editorial Planeta. Cuatrocientos periodistas fueron acreditados para cubrir un evento cuya pompa no dejó indiferente a ninguno. Prueba de ello: las páginas dedicadas en todas las secciones de cultura al que promete ser el best seller del año. Verde al editor por saber gestionar la cultura como un negocio rentable. Probablemente, tras leer su libro, podamos incluir al escritor como protagonista en esta sección. El motivo: la cultura misma.



Verde

Esperanza Aguirre

Por su sentido del humor al declararse ayer la favorita de los social demócratas para dirigir el partido de la oposición. Tras los desafortunados comentarios acerca del nuevo ministerio de Igualdad, al que comparó con un hipotético ministerio del amor, la presidenta de la comunidad de Madrid ironizó sobre las fisuras de su partido. Tras el comentario ofreció un euro a los periodistas por cada socialdemócrata que encontraran. La posible candidata a presidir el Partido Popular en el próximo congreso de junio siempre se ha declarado “liberal”. Verde por su sentido del humor.



Ámbar

Andrés Palop

El portero sevillista ha declarado su deseo de que los jugadores béticos consigan el triunfo en el Vicente calderón. Lejos de quererle bien al equipo vecino, es el interés propio el que mueve tal comentario. Una derrota del Atlético de Madrid supondría estar más cerca de las posiciones europeas que tanto anhela el equipo de Del Nido. La actitud de los aficionados al fútbol en la capital del Nervión no es ni mucho menos buena. Si no son capaces de seguir la máxima “haz el bien y no mires a quién”, la ciudad estará en el punto de mira en cada derby. El comentario no es malo, pero tampoco bueno.



Ámbar

Juan Carlos Navarro

Llegó a Memphis de la mano de Pau Gasol y con el aval de los números promediados en Europa. Cuando su amigo dejó a los Grizzlies para jugar en Los Angeles, los dejó heridos de muerte. El ex del Axa Barça ha demostrado su potencial. Sus nuevos números así lo demuestran: 156 triples en 82 partidos. Se quedó a dos de la marca que todavía mantiene Kerry Kittles. El Rooky catalán no podrá este año batir ningún récord. Ya ha anunciado que el año que viene abandonará el equipo. En tanto que agente libre muchas franquicias lo estarán esperando. El verde le espera aquí. El año que viene.



Rojo

Condoleza Rice

La Secretaria de Estado Norteamericana sugirió a los países Africanos que trataran de poner de su parte para terminar con los conflictos en Zimbaue. Conflictos acentuados tras las elecciones del pasado 29 de marzo. El presidente dictatorial , Robert Mugabe, no ayuda al proceso democrático que los países occidentales demandan para sus ‘hermanos’ pobres. La política exterior de los Estados Unidos tampoco. La intención es buena, pero queda tapada por la hipocresía del que quiere hacer algo por otro sin estar dispuesto a perder beneficio alguno.